Estaba claro, todos sabíamos que la estación de trenes había sido un espejismo de la eficiencia de las Administraciones.
Llevaban cambiando baldosas en Lima Manzano desde el día siguiente de la inauguración.
Pero ya es imposible de disimular, lo de retirar las vallas amarillas los fines de semana ya no vale.
Ya no sirve el maquillaje.
Tengo que decir que no me han defraudado, como dirían en "La Cena de los Idiotas", son unos
Superclase.
1 comentario:
Genio y figura. ¿Quién lo dudaba?
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