Y es que por culpa de la crisis cada vez son más los empresarios que se largan con lo puesto y dejan colgados a sus trabajadores, aunque en esta esquela no echan la culpa a la crisis precisamente sino a las "cualidades"de sus dueños.
Los ánimos no están para muchos bollos y cosas como estas la mayor parte de las veces no arreglan nada pero desahogan bastante.
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