La semana pasada escuché por la radio al Señor Vígara, aclamaba para sus dominios una austeridad presupuestaria digna de tiempos de guerra.
Paseando por el Espolón, descubro una nueva imagen de la diputación.
Con una aproximación más detallada, nos encontramos la leyenda del disfraz, donde podemos deducir que las palabras del Sr. Vígara, no era más que palabras libianas de verano de una campaña de marquetin.
2 comentarios:
Hola. La Diputación tiene entre funcios y contratados 2.000 personas en nómina. Y no sirve para nada. Podrían dejarla con esa pantalla puesta y cerrar las puertas. Un saludo. Manzacosas
Qué propio lo de disfrazar un edificio de sí mismo. Es un bonito culto al concepto FACHADA. ...Que parezca que es...
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