Parecía que no iba a llegar nunca el día pero lamentablemente llegó. Un día de repente te levantas y te ves obligado a candar el árbol por que ya no te fías de nadie.
Si este fuera el más ilógico de los encadenamientos, no iriamos tan mal... Ojalá valorasemos más los árboles y menos,(por ejemplo), los sillines de las bicicletas ajenas, o los carritos de la prensa de los quiosqueros, o los artilugios con ruedas de publicidad de las inmobiliarias, o mil y una cosas más inexplicablemente, pero para su seguridad, necesariamente candadas.
3 comentarios:
Si este fuera el más ilógico de los encadenamientos, no iriamos tan mal... Ojalá valorasemos más los árboles y menos,(por ejemplo), los sillines de las bicicletas ajenas, o los carritos de la prensa de los quiosqueros, o los artilugios con ruedas de publicidad de las inmobiliarias, o mil y una cosas más inexplicablemente, pero para su seguridad, necesariamente candadas.
el encadenamiento que más me ha llamado la atención desde siempre es el de los bolis de los bancos y cajas.
Se cree ladrón que todos son de su misma condición.
¿Y no sera que el arbol se ha encadenado para hacer algun tipo de protesta tipo Tita Cervera?
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