Las baldosas se despegan del suelo (normal); alguien las recoje y las pone en un rinconcito donde no molesten (menos normal); y ahí se quedan esperando a que alguien las vuelva a colocar en sus sitio (lo que no deberia ser normal). Y pasan los dias, y las semanas y los meses, y ahí siguen esperando, y esperando y convirtiendose en parte del paisaje, y las pobres baldosas pierden toda esperanza y olvidan lo que fueron en un tiempo...
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